La importancia de la clavícula y el sling torácico

Todos podemos palpar nuestra clavícula en la parte anterior y superior de nuestro cuerpo, puede parecernos que es un hueso pequeño y sin importancia, pero realmente cumple una función fundamental: une el miembro superior con el tronco.

Los caballos, a diferencia de los humanos, no tienen clavícula. El tronco se une al miembro anterior mediante un conjunto de potentes músculos, que en inglés se denominan thoracic sling.

El sling torácico está formado por el serrato ventral, los músculos pectorales, el subclavio y el músculo romboides, aunque hay autores que incluyen también al dorsal ancho y al trapecio. Todos estos músculos se encargan de mantener suspendido el tronco entre ambos miembros anteriores, y, además:

1. Permiten que la escápula se deslice sobre la parrilla costal

2. Elevan la cruz

3. Absorben las fuerzas de impacto durante la fase de apoyo de la marcha.

Por tanto, el buen estado de estos músculos es fundamental para que el caballo se mueva con armonía y ligereza, y más aún en el ámbito deportivo; independientemente de la disciplina ecuestre que realicemos es necesario que el sling torácico no tenga ninguna limitación y que los músculos puedan llevar a cabo su función correctamente.

En doma clásica, tendremos movimientos más elásticos y expresivos, mientras que los caballos de salto podrán recoger mejor las manos y salvar con mayor facilidad los obstáculos, y los caballos de raid tendrán mayor capacidad para absorber las fuerzas de impacto durante las largas carreras.