¿Cómo prevenir lesiones con nuestro caballo?
por Elisa Saiz Giraldo | Oct 19, 2022
Elaborar un plan de prevención adecuado a nuestro caballo reduce el riesgo de lesión.
Uno de los principales miedos de cualquier deportista es el riesgo de sufrir una lesión, ya no solo por tener que parar de entrenar y competir, sino por la dificultad de recuperar el nivel y la condición física previa a la lesión.
Las lesiones tendinosas son la causa más habitual de cojera en caballos, aunque también pueden aparecer lesiones en ligamentos o articulaciones.
No hay ninguna fórmula mágica, ni ejercicio, ni método que evite la aparición de lesiones, pero como bien dice el refrán: <<mejor prevenir que curar>>. Prevenir consiste en aplicar una serie de medidas para reducir el riesgo de desarrollar una lesión.
Las medidas de prevención más básicas son: asegurar una correcta alimentación e hidratación, tener un correcto descanso y realizar un buen calentamiento y vuelta a la calma.
Pero, además, para prevenir las lesiones en nuestro caballo es importante que tengamos en cuenta:
- Un buen equilibrio muscular: los músculos agonistas tienen que estar en sincronía con los antagonistas. Tener un grupo muscular sobresolicitado y el contrario débil y fatigado aumenta exponencialmente el riesgo de lesión.
- Trabajo excéntrico: son aquellos ejercicios en los que la estructura trabaja mientras se elonga (es decir, mientras se separan sus extremos). Hay muchas formas de incluir trabajo excéntrico con nuestro caballo en función de la estructura que queramos trabajar, por ejemplo, cuestas, cavalettis, barras de tranqueo…
- Entrenamiento complementario: relacionado con el equilibrio muscular, consiste en realizar ejercicios concretos para suplir las carencias que genera la propia disciplina.
- Ejercicios core: la musculatura core es la encargada de mantener la columna vertebral en posición neutra y estable. El entrenamiento es clave en cualquier deporte y disciplina ecuestre.
- Variar la rutina de entrenamiento: con el objetivo de usar los músculos de forma diferente, posicionar las articulaciones en rangos articulares no habituales…
Pero quizás la medida de prevención más eficaz es “saber parar” cuando notamos que nuestro caballo no está bien. Recuerda que, en muchos casos, aparecen signos clínicos poco evidentes, como hinchazones, edemas, calor, engrosamientos… antes de que aparezca una cojera manifiesta, puede aparezcan cambios en el comportamiento, problemas durante el manejo o durante la monta que nos pueden indicar que el caballo no está cómodo o tiene molestias. Estate atento a estos cambios y contacta con un profesional antes de que el problema empeore y se agrave.